UN POCO DE HISTORIA

Mucho nos gustaría comenzar esta reseña contando que ASALRA surgió como respuesta a una necesidad manifiesta en la labor cotidiana, y que, en el fragor de la lucha del día a día, un grupo de funcionarios del Poder Legislativo pensamos y pergeñamos una respuesta para las múltiples problemáticas que nos planteaba el devenir cotidiano…

Pues bien, la verdad es que no fue así. Como todas esas ideas que, por chiquitas que parecen en un principio, crecen de forma y a velocidad inesperadas, ASALRA surgió casi espontáneamente, de una charla de un grupo de funcionarios del Poder Legislativo, pero en su rol de amigos. Ocurre que, cuando se siente pasión por lo que se hace, surgen ganas de compartir las experiencias propias y avidez por recepcionar las ajenas. Seguramente por esto es que, no bien comenzamos a convocar a distintos colegas que hacen de la Administración Legislativa su profesión, la idea comenzó a calar hondo en el imaginario colectivo, cargándose de mística y colegas que día a día expresaban su voluntad de participar del emprendimiento.

Entonces sí, apareció la necesidad manifiesta. Casi sin darnos cuenta, habíamos detectado un espacio vacío que necesitaba imperiosamente ser ocupado. Lo cierto es que los problemas y temáticas con los que topamos cotidianamente se repiten, casi como una constante, en todas y cada una de las administraciones de los distintos Poderes Legislativos, ya sea en la esfera nacional, como en la provincial y la municipal.

Gestionar en el Poder Legislativo presenta particularidades propias que deben ser tratadas desde una óptica específica; óptica que solo adquirimos quienes nos desempeñamos en el ámbito de la Administración Legislativa. Y a esta conclusión arribamos luego de entrevistarnos con colegas de distintas Administraciones Legislativas, nacionales y jurisdiccionales, quienes expresaban dificultades para la gestión diaria, tales como “vacío normativo”, circunstancia que no sorprende, teniendo en cuenta que la mayor parte de la normativa proviene del ámbito del Poder Ejecutivo, y contempla sus propias especificidades. Gestionar en un poder colegiado, como lo es el legislativo, con más de una autoridad formal, ofrece particularidades que son contempladas en los circuitos informales, pero que difícilmente sean recogidas por la reglamentación.

La regla a seguir, entonces, es el criterio; criterio que no siempre resulta oponible a las observaciones formuladas por posteriores auditorías que dejan a los funcionarios de línea al descubierto y, en ocasiones, al borde del sumario administrativo. En este contexto, entonces, se hace imperioso aunar criterios y unificar normativas entre los distintos Poderes Legislativos. Y aquí es donde aparece la principal carencia, la falta de un ámbito de discusión, de un ambiente donde canalizar inquietudes y compartir experiencias. Y esto es lo que pretendimos y soñamos cuando creamos ASALRA. Decidimos que ese espacio, del que hablábamos al inicio de estas líneas, se transformara en una Asociación Civil (no política, no gremial) que haga hincapié en la profesionalidad, en esa expertise que adquirimos quienes administramos en el Poder Legislativo desde hace años, que merece ser transmitida a quienes se inician en esta profesión.

Esa pericia que adquirieron quienes nos precedieron, y que otrora se “jubilaba” con los profesionales que llegaban al final de sus carreras laborales activas. Ese conocimiento que irá creciendo y transformándose en un saber compartido, en la medida en que creemos el espacio adecuado. De eso se trata, de jerarquizar nuestra profesión tomando como banderas la investigación y el conocimiento. Por todo esto, colegas, es que los invitamos a acercarse a nuestra institución, con el convencimiento absoluto de que el éxito de la iniciativa depende de la suma de voluntades.

Hay mucho camino por recorrer pero, estamos seguros, vale la pena el esfuerzo. De nosotros depende la solidez del ámbito que estamos creando,porque estamos convencidos que ASALRA la hacemos entre todos.